
La Guardia Civil ha identificado e imputado a un hombre como presunto responsable de las falsas alarmas de bomba que afectaron en los últimos meses al mercadillo de Majadahonda.
Las llamadas, que provocaron una gran alarma entre comerciantes y visitantes, obligaron en varias ocasiones a desalojar y cerrar temporalmente el mercado, según fuentes de la Comandancia de Madrid.
El incidente más notable tuvo lugar el 6 de julio, cuando a las 10:00 horas una llamada anónima, realizada con una voz robótica, alertó sobre la presencia de una bomba en el mercadillo. Tanto la Policía Local como la Guardia Civil acudieron al lugar, evacuaron a las personas presentes y, tras una inspección exhaustiva con perros especializados, descartaron la existencia de cualquier explosivo. Dos horas después, el mercado reabrió sin mayores consecuencias.
Continuidad de las amenazas tras el verano
A pesar de las medidas de seguridad adoptadas tras el incidente de julio, las amenazas de bomba no cesaron. Durante los meses siguientes, las falsas alarmas continuaron, siendo la más reciente el pasado sábado. Estas llamadas no solo generaron inquietud entre los asistentes, sino que también perjudicaron la actividad económica del mercadillo, que cada año atrae a miles de visitantes.
Después de varias semanas de investigación, la Guardia Civil ha logrado identificar al presunto autor de las llamadas. Se trata de un ciudadano español que ahora enfrenta cargos por desórdenes públicos y usurpación de estado civil. Las autoridades siguen investigando los motivos detrás de estas acciones, y una de las principales teorías apunta a que el detenido podría estar vinculado con uno de los comerciantes afectados por una redistribución de los puestos en el mercadillo meses atrás.
Posible conexión con el conflicto entre comerciantes
Una de las hipótesis que manejan los investigadores, según ha informado el diario ABC, es que el hombre podría ser familiar de un comerciante del mercadillo. Al parecer, el motivo de las falsas alarmas sería boicotear el evento en protesta por la reubicación de los puestos, que habría generado descontento entre algunos vendedores. Sin embargo, esta teoría sigue bajo análisis mientras las autoridades intentan determinar el verdadero motivo detrás de las amenazas.
El caso ha causado gran repercusión en Majadahonda, y se espera que las investigaciones continúen para esclarecer todos los detalles. Las autoridades han reiterado su compromiso con la seguridad en eventos públicos y han señalado que no permitirán que este tipo de acciones alteren la tranquilidad de los ciudadanos ni afecten a la actividad comercial del municipio.
Escribir un comentario