Un claro efecto del tipo de interés elevado es la contención de la inflación, los tipos más reducidos la aumentan. Teniendo en cuenta otros efectos, como que los tipos más bajos estimulan el consumo y la inversión, pese a que no garantizan la eficiencia de lo invertido ni el consumo responsable, su variación permite conseguir un complejo equilibrio.
Lo que no queda claro es cuál es el equilibrio que se busca ni la contraprestación a unos tipos de interés bajos. Si, entre otras cosas, el interés de los préstamos retribuye el riesgo en la devolución; y riesgos menores permiten reducir el tipo de interés, no se entiende por quién o cómo se asume el riesgo no cubierto por la bajada; máxime cuando en este momento no estamos tanto ante riesgo como de una enorme incertidumbre económica.
* Juan Antonio Martínez Muñoz es profesor titular de Filosofía del Derecho de la Universidad Complutense de Madrid.
Escribir un comentario